OTTO Galería
Paraná 1158, Buenos Aires
https://www.instagram.com/otto_galeria/@otto_galeria
OTTO Galería fue fundada en 2016 por Eugenio Ottolenghi con el propósito de acompañar y visibilizar las prácticas de artistas latinoamericanos que trabajan con medios tradicionales como la pintura, la escultura, el collage y la fotografía desde una mirada contemporánea. Con sede en Buenos Aires y proyección internacional, la galería desarrolla un programa curatorial que equilibra trayectorias emergentes, medias y consolidadas, destacando la singularidad de cada artista dentro del panorama actual. Comprometida con el fortalecimiento del arte latinoamericano, OTTO es un espacio activo de exhibición, intercambio y circulación, donde las obras encuentran un contexto significativo para su proyección local y global.
Muestra Gallery 6 de junio: Visita guiada a «Late bajo la piel» con el artista Fabio Miniotti
Nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1965. Egresó de las escuelas de Bellas Artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón. Estudió escultura con Haydeé Calandrelli. Realizó muestras individuales en la Galería Ática, en el Centro Cultural Recoleta y ha participado en numerosos salones y muestras colectivas. Entre otros, obtuvo la “Beca a la Creación”, Fondo Nacional de las Artes, 1997; “Gran Premio a la Creatividad Artística en Artes Visuales”, Fondo Nacional de las Artes, 1998; “Mención Honorífica” Salón Manuel Belgrano, 2012. En 2016 recibió el Primer Premio del Salón Nacional de Artes Visuales Argentino en la categoría de Escultura. En 2018 obtuvo el «Primer Premio de Escultura» del LXII Salón de Artes Plásticas Manuel Belgrano. Poseen obras suyas el Fondo Nacional de las Artes y numerosas colecciones privadas. Actualmente vive y trabaja en Buenos Aires.
Statement
Quien muestra el proceso es porque siente, valora como autónoma cada instancia de la consolidación de una imagen. No solo es útil para sí mismo, que está pensando mientras hace, sino también para quien luego contemple. El resultado parcial da pistas sobre el logro siguiente. Collages, relieves de alambre, yesos, cerámicas y, finalmente bronces, son el camino pluridimensional que sugiere la materia a Fabio Miniotti. Varias ideas subyacen a cada paso que, como describimos, evoluciona del plano al volumen. Pero la creación no es lineal, evoca un juego de vasos comunicantes donde el desborde crea otra vía, una solución paralela que no excluye a la anterior.
Dibujos en el aire, los relieves trazan una figura que desafía la estática ortogonalidad del constructivismo histórico. Trapezoides, elipses y deltoides rompen con el equilibrio posicional de los rectángulos y cuadrados. Ya convertidos en cuerpos, la inquietud que produce un lado que se curva y angosta un radio solo se compensa con las líneas que parecen sostener a la forma. Pero no la sostienen; solo la completan en su interior dejando resquicios de vacío, otras figuras de una estructura inventada, sin otra lógica que la del gesto y el contrapeso visual.
Los yesos ocultan estas estructuras con capa sobre capa de tela embadurnada. Definen una forma externa que absorbe la geometría, que se torna orgánica y, como en el cuerpo humano, es su órgano más extenso: la piel. La piel de la escultura resiente y expresa todo el pasado de la obra, su esqueleto y la impronta del modelado. En su estado bronce, la pieza se sofistica aún más. Exhibe sus cualidades mediadas por un presente absoluto, la pátina final: texturas, poros, oquedades que ese velo fino trabajado con ácidos y aceites revela o encubre. El impresionismo dio la lección de explorar la índole de la luz sobre la piel de los objetos. Así, los bronces negros, profundos, llevan el ojo hacia adentro a cada palmo de una superficie modulada, la carne del hueso escultórico. Sorpresivamente, un pequeño plano perpendicular refleja y exhibe el sol en el material revelando contrastes de tersura y aspereza, los opuestos que ligan la vista y el tacto. La cualidad háptica de la obra de Miniotti celebra la condición propia de la escultura, la de ser un cuerpo simbólico que se ofrece a un cuerpo real.
Huesos fósiles, maderas petrificadas, guijarros redondeados por las aguas, las imágenes son muchas y todas aluden a una naturaleza primera atravesada por el tiempo, en la que la geometría late sutilmente bajo la piel.
María José Herrera
Curadora