Sasha
Central AFFAIR
Florida 971 – CABA
Entrepiso Galerías Larreta
sashadavila@yahoo.com.ar
@sashadartgallery
Fundado en 1998 en la ciudad de Córdoba – Argentina, dedicado a la difusión de las artes visuales de creadores Argentinos.
La presencia de artistas de distintas latitudes y en especial de aquellos que se destacan por su compromiso con el arte, han sido participes de las múltiples exposiciones que ha organizado SASHA D. en su galería de arte, en el convencimiento que la difusión de los mismos contribuye al enriquecimiento de los valores estéticos de la sociedad.
Muestra Gallery 6 de junio: «Miscelaneas del paisaje» – de Leonardo Herrera.
Leonardo Herrera (1954)
A los doce años emprendió un viaje desde su tierra natal, Lucio V. Mansilla, al norte de Córdoba. No sabía que en su mochila no solo cargaba ropa o provisiones, sino un sueño silente, profundo, que el tiempo le revelaría: el arte como destino, como forma de estar en el mundo.
Sin buscarlo del todo, un día se encontró habitado por el arte. Se le insinuó a través del dibujo y la pintura, lenguajes con los que comenzó a construir su pensamiento visual, ese que lo acompaña hasta hoy. En los años setenta, guiado por un compañero de trabajo, se adentró en el universo de las artes visuales de Córdoba y fue entonces cuando conoció al profesor Dalmacio Rojas, quien se convirtió en su primer maestro.
En 1980 realizó una muestra individual de dibujos en la galería «ELE», donde también conoció al maestro Miguel Dávila. Ese mismo año fue distinguido como Joven Destacado en el Arte tras recibir cuatro premios por su obra como dibujante. En 1982 viajó a Buenos Aires, becado por el Fondo Nacional de las Artes, y se perfeccionó en pintura bajo la guía de Dávila.
Durante esa etapa, su obra comenzó a recorrer salones y certámenes: obtuvo el Primer Premio del Salón de Morón, el Primer Premio del Salón de SAAP, el Segundo Premio en Bernal, en el Salón de la ONU, y en el Salón por los Derechos Humanos.
En 1987 regresó a Córdoba y se integró con fuerza al entramado artístico local y nacional. En 1990 recibió el Primer Premio en Dibujo del Salón Manuel Belgrano y el Primer Premio del Salón Ciudad de Córdoba, galardón que repetiría en el año 2000. Su obra fue desplegándose en museos y espacios de todo el país: el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Sívori, el Rosa Galisteo de Rodríguez en Santa Fe, el Timoteo Navarro en Tucumán, el Museo de Arte Moderno de Mendoza, el Emilio Caraffa y el Genaro Pérez en Córdoba, entre muchos otros rincones del país que guardan su trazo. Herrera ha transitado múltiples caminos expresivos. Cada cambio, cada transformación, es testimonio de una búsqueda sin tregua ni atajos. El ser humano ha sido, desde siempre, el centro de su mirada: sus vínculos, su fragilidad, su entorno y sus sombras. Su obra se nutre del tiempo, de lo social y lo psicológico. Ha trabajado con materiales humildes y nobles como el collage, la arpillera, el cartón, los pigmentos secos.
En los últimos años, su mirada viró hacia el paisaje. No cualquier paisaje: el de su infancia, el de las salinas vastas y calladas. Ese horizonte blanco que lo vio crecer ahora se entrelaza con lo urbano. En sus telas, los árboles ausentes de la niñez se mezclan con planos geométricos y colores improbables para la naturaleza: tonos que vienen de la ciudad y del recuerdo.
Herrera dibuja pintando. Piensa como artista. Mira desde la humildad y desde ahí comprende. Lee el mundo con los ojos de quien ha vivido muchos paisajes, pero siempre vuelve al primero, al del origen.
Es, simplemente, un artista. Y como tal, respira.
Statement
Desde muy joven el arte se le reveló como destino. Su camino comenzó con el dibujo y la pintura, lenguajes que aún hoy sostienen su mirada del mundo. A lo largo de las décadas , su obra ha transitado múltiples etapas, siempre en diálogo con lo humano, lo social y lo íntimo.
En sus últimos trabajos, el paisaje de su infancia – las salinas vastas y silenciosas – se funde con lo urbano, en composiciones que alternan árboles imposibles y planos geométricos en colores que desafían la naturaleza.
Herrera no representa, evoca. No describe, interpreta. Su obra es una forma de memoria, una búsqueda constante que vuelve, una y otra vez, al origen.