Acéfala
Niceto Vega 4754
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Acéfala es un proyecto multifacético que se plantea como punto de convergencia de las distintas prácticas contemporáneas. Así, la galería funciona como espacio de exposición, circulación, investigación y residencia de creación.
Mediante el acompañamiento de proyectos en desarrollo, el espacio de la galería se abre a artistas, curadores e investigadores para ser atravesado por sus prácticas y transformado en territorio de experimentación.
La galería también se propone como zona de intercambio, ofreciendo programas de formación en arte (Manglar), cine, dramaturgia y escritura (Programa Nn).
De este modo, Acéfala se configura como una plataforma para la creación de experiencias artísticas arriesgadas que presentan el trabajo de artistas argentinos contemporáneos.
Gallery Sábado 14 de septiembre 2024
Recorrido con la artista Elisa Insua
Exposición: DINAMITA CARNAVAL
Elisa Insua nació en Buenos Aires en 1990. Es Licenciada en Economía y Administración por la Universidad Torcuato di Tella. Realizó clínicas y talleres con Fabiana Barreda, Diana Aisenberg, Miguel Harte, Diego Bianchi y Ernesto Ballesteros.
Entre sus exposiciones individuales se destacan “Mentiras Azucaradas” en el Kyoto Art Center (Kyoto, Japón, 2022), “El Camino de Menor Resistencia” en Materials for the Arts (Nueva York, 2021) y “Vanitas Virtual” en la Usina del Arte (Buenos Aires, 2019).
Entre las exposiciones colectivas en las que ha participado, se destacan: “Mercados desde el Arte Contemporáneo” en el Museo del Banco de México (México, 2022), “Arqueología del Deseo” en el Museo Sívori (Buenos Aires, 2021), “Lúdica” en MACSur (Lanús, Argentina, 2018), “Memento Mons” en el museo Beaux Arts Mons (Mons, Bélgica, 2019) y “Omisión Ligera” en Cerquone Projects (Madrid, 2018).
Vive y trabaja en Buenos Aires
«Jamás somos nosotros los que afirmamos o negamos algo de la cosa, sino que es la cosa misma la que afirma o niega en nosotros algo de sí misma.»
Baruch de Spinoza, Tratado breve, II
La vida cotidiana siempre ha sido una fuente de inspiración para el arte, y el arte, a su vez, es una auto ficción que se entrelaza con la realidad. Consideremos nuevamente el espacio vital como un ensayo sobre lo posible. La imitación anticipada del futuro puede manifestarse sólo como un acontecimiento y no como una cosa. Los artistas del futurismo y del dadaísmo producían hechos artísticos que revelaban la decadencia y la obsolescencia del presente. En este contexto, Elisa Insua presenta una serie de obras que hacen referencia a la decadencia en la que estamos inmersos actualmente, envuelta en brillos, luces y colores festivos.
Insua explora en sus obras la dualidad de la naturaleza, tanto creativa como destructiva, del ser humano. Emerge de los descartes, de las falsas alegrías. Rinde homenaje a aquellos elementos de la industrialización y el consumo masivo, erigiéndolos en monumentos para la apreciación, la contemplación y la memoria. Una memoria que hoy pareciera imposible concebir y, al mismo tiempo, ejerce un provocador y juguetón guiño hacia la ecología política de los desechos plásticos. Una fuente constituida por motosierras, dinamitas y picos mineros son recreadas en mármoles suntuosos que eyaculan semen petrolífero. Un martillo neumático, revestido con brillos plásticos y metales ornamentales, se invierte para transformarse en rascacielos, en mira telescópica, en tótem fálico. El motor de combustión interna, que se alimenta de hidrocarburos, aparece como ícono de aquello que nos propulsa y, a la vez, como una muerte lenta de la cual no podemos escapar. Un gigantesco meteorito verde, recubierto de placas electrónicas, simboliza la extinción humana provocada por la tecnología. En él se encuentra una elegante perforación cilíndrica que evoca las perforaciones utilizadas en las canteras para alojar explosivos y extraer bloques de piedra destinados a la construcción.
En su conjunto, esta serie de obras de Elisa Insua constituye una especie de muestra arqueológica futura, repleta de ruinas y vestigios de nuestro convulsionado presente. Al margen de su innegable atractivo estético y de la forma afectiva con la que nos relacionamos con esta encantadora y peligrosa materia-energía, el conjunto fuerza a cuestionarnos: ¿Qué clase de entorno nos estamos dando? ¿Qué opinarán de ella nuestros descendientes? Qué aspectos elegirán recuperar o conservar y con qué fines… bellos o sombríos?
Marina Furlanetto