Conversación sobre coleccionismo

Participan Joaquín Rodríguez y Abel Guaglianone

Recorrido por la exhibición «Una casa. La Casa. Lo doméstico deviene territorios»

Viernes 6 de junio
Horario: 17.30 h
Casa Nacional del Bicentenario. Riobamba 985.

Primera exhibición en espacio público de las obras que integran la Colección Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez. Curada por Analía Solomonoff, esta muestra de carácter federal propone un recorrido por 200 pinturas, esculturas, instalaciones, textiles, dibujos, cerámicas y fotografías de 120 artistas de Buenos Aires, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Catamarca, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Misiones, Salta, Santa Fe y Tucumán.

Una casa. La Casa es una geografía emocional. El encuentro de un espacio doméstico con uno público y donde una constelación de obras de artistas de la Argentina deviene un nuevo relato.

La colección está conformada por piezas que han sido adquiridas entre 2013 y 2024 durante los viajes realizados por Abel y Joaquín para conocer artistas, la producción en sus lugares de origen y apoyar las escenas culturales provinciales. Es así como el proyecto curatorial y el diseño espacial de esta exposición convierten al conjunto de obras en un tejido de procesos y prácticas que propone mirar por fuera del sistema centralizado del arte en el país.

Las prácticas artísticas y el territorio están profundamente enlazados, se definen y presentan en una continua dialéctica, un ida y vuelta vital donde deseos, necesidades, creencias y emociones se convierten en un manifiesto de nuestra realidad. Una casa. La Casa propone crear un nuevo territorio de reflexión, diálogo y resignificación de un sinfín de realidades.

La exhibición se podrá recorrer hasta el domingo 8 de junio en el primer piso de la Casa.

Este es el viaje de todos los viajes, los que Abel y Joaquín emprenden desde hace 12 años. Viajan para conocer artistas, la producción en sus lugares de origen y apoyar las escenas culturales provinciales; documentan y conservan, difunden y visibilizan experiencias y producciones. Les interesa encontrar en el caminar, en la conversación, en el compartir, esa geografía emocional que se manifiesta a través de una constelación de obras donde Argentina deviene un nuevo relato que empieza y termina en tantos lugares como miradas y recorridos puedan existir.

Una casa. La Casa. Lo doméstico deviene territorios es una muestra federal. Son 200 obras de 120 artistas de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Chubut, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Misiones, Salta, Santa Fe y Tucumán. Es la Colección Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez que desde 2013 se ha conformado con adquisiciones de piezas que develan una exploración exhaustiva y sensible.

Esta muestra es también el encuentro de un espacio doméstico con uno público y con los públicos, pero la decisión de compartir hoy lo hallado en esa búsqueda no es el final del camino sino la génesis de algo nuevo, es una fuerza centrípeta y centrífuga. Estamos en un lugar imaginado, un lugar construido con muchos lugares.

La curaduría y el diseño espacial de la exposición crean, a partir de este conjunto de obras, un gran tejido hecho de diversas estéticas, prácticas y procesos que nos propone mirar el arte argentino por fuera del sistema centralizado en Buenos Aires.

Así, los muros de una casa, la de Abel y Joaquín —pintados de gris “Ágata de Islandia”— se trasladan y se acoplan a la Casa Nacional del Bicentenario. Las paredes se deconstruyen, los 220 metros cuadrados aterrizan como un organismo vivo que se adapta a un nuevo hábitat. El espacio hasta ahora íntimo se abre a otras lecturas, simbólicas, poéticas y críticas. Se abren puertas y ventanas. El suceso acontece.

Los recorridos por este mundo buscan problematizar las certezas de quiénes somos, de lo que deseamos y sentimos. Abstracciones, naturalezas y cuerpos, los tres momentos que organizan la exposición, son los hilos conductores, la tierra firme, pero el viaje es vertiginoso, los muros y pasillos se muestran como planos que interactúan entre sí para desdibujar todo aquello que creemos entender, permitiéndonos mirarnos otra vez y reconocernos nuevamente; es una buena oportunidad ¿no lo creen? de volver a sentirnos.

Las prácticas artísticas y los territorios están profundamente enlazados, se definen y presentan en una continua dialéctica, un ida y vuelta vital donde deseos, condiciones, creencias y emociones se convierten en un manifiesto de nuestra realidad. Una casa. La Casa se propone como un espacio de reflexión, diálogo y resignificaciones posibles; como un nuevo otro territorio.

Analía Solomonoff
Marzo, 2025