Fundación Klemm

Marcelo T Alvear 626
www.klemm.org.ar

fundacionklemm@gmail.com

Creada en 1995, la Fundación Federico Jorge Klemm abrió sus puertas en el espacio contiguo a la Galeria homónima que funcionó entre 1992 y 1995. Heredera de aquel proyecto, sus prácticas y trayectoria, la Fundación nació como un espacio para que las obras de la colección de Federico Klemm tuvieran clara visibilidad pública, con acceso a todas las comunidades, libre y gratuito, y acompañando a la difusión del patrimonio nacional e internacional con un programa de exhibiciones temporales de arte argentino contemporáneo. En 1997, Federico Klemm sumó a la Fundación el Premio Klemm a las Artes Visuales, una convocatoria anual para promover a artistas jóvenes locales, y que representa la vía principal de crecimiento de la colección, sumando dos obras de arte emergente, a partir de los dos primeros premios adquisición.

Muestra Gallery 6 de junio: Una cita con el pop Obras de la Colección KLEMM de artistas varios

Bio

Rodrigo Alonso  

En los inicios del siglo XX, los dadaístas, y luego los surrealistas, comienzan a realizar ensamblajes de objetos que reniegan de los cánones de la escultura. Con esto, impugnan la tradición artística al tiempo que resignifican elementos de la vida cotidiana, abriendo campos metafóricos insospechados. El pop art renueva estas producciones poniendo el énfasis en los objetos de consumo y los materiales industriales, sin temor a caer en la banalidad o lo decorativo. Con esta actitud, redobla la afrenta contra las formas y los procedimientos del “buen arte” desde una perspectiva desenfadada y vital. 

En 1962 el crítico Rafael Squirru organiza la exposición El hombre antes del hombre en la Galería Florida. En ella reúne a un conjunto de artistas argentinos que realizan objetos, aunque él prefiere utilizar el término cosas, “porque cosas tiene una connotación muy particular en nuestro idioma – asegura. No sólo vemos cosas, sino que también nos suceden cosas, lo que apunta al aspecto subjetivo del fenómeno”. 

Esta exposición es la primera manifestación del pop art en la Argentina. Muy pronto, los cultores de esta estética invaden las instituciones artísticas, los premios, los medios de comunicación, las discotecas, los locales de moda y diseño, los espacios urbanos. El pop es, para ellos, un modo de vida, que no debe quedar relegado a los recintos tradicionales del arte. A diferencia de sus pares internacionales, que son absorbidos de inmediato por el mercado, los argentinos se expanden por los ambientes más insospechados dejando su huella en todos los terrenos de la visualidad contemporánea. 

El pop argentino invade rápidamente las galerías de arte, los premios, y principalmente, el Centro de Arte del Instituto Torcuato Di Tella, una institución orientada hacia la producción estética más contemporánea. Su director, Jorge Romero Brest, será una figura clave en el apoyo de los jóvenes artistas vinculados a esa tendencia. A este espacio, también, llegan representantes del pop internacional con el fin de participar de los prestigiosos premios que organiza anualmente la institución.  

En 1966, se inaugura allí 11 artistas pop. La nueva imagen, una exposición auspiciada por la empresa Phillip Morris, compuesta por serigrafías experimentales de los máximos exponentes británicos y norteamericanos del pop-art. La mayoría de ellas se encuentran hoy en la Colección KLEMM, conviviendo con trabajos significativos de los artistas pop locales. 

Por su énfasis en lo trivial, la felicidad y el consumo, se suele concluir que el pop art es acrítico y superficial. Sin embargo, algunos artistas identificados con esta corriente han sabido plasmar en sus obras comentarios políticos, sociales y culturales. El desarrollo del pop es paralelo al reclamo por los derechos civiles, la revolución hippie, las crecientes demandas de mujeres y jóvenes, el fortalecimiento de las izquierdas, los discursos antiimperialistas latinoamericanos, las manifestaciones estudiantiles, las protestas por la guerra de Vietnam. Estos contextos impregnan incluso sus apariciones más banales. 

El comentario crítico se percibe especialmente en algunos trabajos neo-pop en los cuales el color, la alegría y la superficialidad son los vehículos para el sarcasmo o la ironía. 

 Por su diálogo abierto con la sociedad, la vida cotidiana y la cultura de masas, los artistas pop consideran que sus producciones no pueden limitarse a las salas de una institución. Es así como la mayoría de ellos expande su trabajo hacia el diseño, la moda, la publicidad o la creación de objetos utilitarios. Hacia 1969, Jorge Romero Brest habla de la “muerte de la pintura” y el desarrollo de un “arte de consumo”, que va a promocionar a través del local de venta de objetos funcionales Fuera de caja

 Por otra parte, el pop se expande hacia el teatro, la danza, las performances, los happenings y las intervenciones callejeras, a través de realizaciones que casi no dejan huella. Otra vía la constituye en “arte de los medios de comunicación”, que supone la disolución de la práctica artística en los órganos de difusión más potentes erigidos por las sociedades capitalistas. 

 

Statement

La Colección KLEMM está conformada por arte argentino e internacional de los siglos XX y XXI, con un énfasis especial en el pop-art de los sesenta y sus derivaciones en el arte contemporáneo posterior. Una cita con el pop destaca esta particularidad, a través de un recorrido organizado en núcleos temáticos que exploran aspectos históricos y estéticos centrales de ese movimiento y de sus resonancias posteriores. Está compuesta principalmente por obras de la Colección más algunas piezas y documentos solicitados en préstamo con el fin de fortalecer su relato expositivo. 

 

El pop-art surge en diálogo con la visualidad que desarrollan las sociedades capitalistas de posguerra a través de los medios de comunicación masiva, la publicidad, el cine, los productos de consumo industrializados, la moda y el diseño. Deja atrás el gesto dramático y existencial derivado de las Guerras Mundiales, y celebra la vida en explosiones de color y una exaltación radical del presente. Esta exaltación llega incluso hasta la desaparición del objeto artístico en producciones efímeras como los happenings y las performances. 

 

Luego de una breve referencia a las estéticas informales de los cincuenta, la exposición se detiene en “El arte de las cosas”, el ensayo de Rafael Squirru que identifica las primeras manifestaciones pop argentinas. El núcleo siguiente se acerca a las actividades del Instituto Torcuato Di Tella, centro de arte que cobijó esas manifestaciones y presentó un panorama de autores internacionales en la exhibición 11 artistas pop. La nueva imagen. Las relaciones entre pop y política son el centro de la próxima sala, que continúa con la expansión del pop hacia el teatro, los medios de comunicación y las calles, en su intento por salir de los espacios institucionales e integrarse en la vida cotidiana.